GRUPO DE CONSUMO

Una gastronomía y una alimentación saludable comienzan con una buena materia prima: alimentos frescos, de temporada, Km 0, y agroecológicos
Desde hace unos años está cobrando fuerza el movimiento de cooperativas, asociaciones y grupos de consumo ecológico cuya base son ciudadanos que, con una cierta sensibilidad medioambiental, social y hacia la salud, buscan la manera de abastecerse de alimentos ecológicos.
Pero no sólo eso. Además de conseguir una alimentación sana, libre de residuos, transgénicos, pesticidas etc, este movimiento ayuda a revitalizar el campo y la economía local así como a fomentar el consumo responsable.
Se trata, en suma, de apostar por una economía sostenible que haga un uso más eficaz de los recursos, más verde y competitiva.
En estas experiencias son los propios consumidores los que impulsan cambios en el concepto de consumo, orientándolo hacia uno que cuestione su origen y naturaleza pero que, sobre todo, reduzca su impacto social y medioambiental.
El consumidor pasa de ser un objeto pasivo a participar activamente en la elección de los alimentos que va a consumir, con todas las ventajas que eso le proporciona.
¿Qué comemos? ¿De dónde viene? ¿Cómo se ha elaborado?
Son éstas preguntas que cada vez se formulan más consumidores y que cada día apuestan por otro modelo de producción, distribución y consumo de alimentos mediante una relación directa con el agricultor y en base a unos criterios de justicia ambiental y social, y de salud.
Un grupo de consumo es un grupo de personas, básicamente relacionadas por proximidad geográfica, que ejercen su derecho a mantener su cuerpo y su mente más sanos a través del consumo ecológico y sostenible.
Esta compra en común es lo que hace que el precio, uno de los grandes temas que siempre acompañan a cualquier reflexión sobre la producción ecológica, sea más barato que incluso los de productos que proceden de la agricultura convencional, y esta es otra de las ventajas de pertenecer a un grupo de consumo.
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Comer alimentos saludables de origen ecológico, y por lo tanto libres de pesticidas y otros venenos, está al alcance de tu mano. Con ello no sólo cuidas tu salud y la de los tuyos, sino también la del planeta, y estás apoyando la economía local y a los productores ecológicos locales, que repercute en beneficio de todos.
Formar parte de un grupo de consumo tiene grandes ventajas y hay muy buenas razones para hacerlo. Las ventajas de un grupo de consumo al margen de la apuesta por una economía local, lejos de las grandes multinacionales o, en suma, prescindiendo de intermediarios, están relacionadas también con la protección del medio ambiente.
No en vano, la actividad agrícola ecológica es especialmente respetuosa con el entorno, sobre todo si la comparamos con la agricultura intensiva. Igualmente, las granjas ecológicas dan un trato más ético a sus animales, y comprar sus productos significa apoyar este tipo de negocio y beneficiarnos de la calidad de sus productos.
Veamos:
- Apoyas la producción ética de alimentos.
Los grupos de consumo son de vital importancia por su apoyo a un sistema de producción ecológico, ético y local de alimentos. Sus miembros saben cómo se producen y de dónde vienen sus alimentos e incluso pueden visitar la huerta de procedencia y descubrir que la diferencia no sólo está en el sabor.
- Los alimentos maduran de forma natural hasta su momento óptimo de consumo.
Por lo que se consumen productos frescos, de temporada, locales y ecológicos, ya que, no tienen que viajar durante días o semanas desde el productor hasta el consumidor. Esto significa que frutas y verduras maduran de forma natural y tienen el máximo de nutrientes, y además se elimina la contaminación producida al transportarlas desde otros países o incluso continentes, y también químicos conservantes.
- Precio más asequible.
El precio pagado a los productores es mucho menor que el pagado en las tiendas. Esto es debido a que la tienda, el supermercado, el distribuidor, etc. están ganando su margen, sin mencionar el coste de envases, gasolina para el transporte, publicidad, etc. De esta manera, los alimentos ecológicos no tienen porqué resultar más caros que los convencionales, ya que, se compran en cantidades para abastecer a todo el grupo y directamente a su productor, evitando intermediarios y contribuyendo a una economía sostenible. Así se beneficia también a personas que de otra forma no podrían acceder a los alimentos ecológicos u orgánicos.
También es más fácil obtener alimentos que no están disponibles en los supermercados porque son producidos localmente en pequeñas cantidades, de variedades raras o locales. Esto a su vez es muy importante para fomentar y preservar la biodiversidad local en cuanto a cultivos, y hace que semillas autóctonas sigan cultivándose y no se pierdan.
- Conocer personas con ideas afines que incrementan tu red social. Gracias a estos grupos tenemos la posibilidad de celebrar encuentros con otros productores y otras componentes de grupos de consumo para intercambiar experiencias.
- Se contribuye a sostener formas de vida dignas y sostenibles puesto que con estas acciones se contribuye a mantener un medio rural vivo, así como a fomentar el cuidado del Medio Ambiente.
- La comodidad de acudir a una cita regular y llevarnos un cajón lleno de frutas y verduras mixtas, por ejemplo, o de tener un pedido fijo que nos tienen preparado es otro punto a favor. Y, por último, además de asegurarnos productos frescos, de temporada, recién cosechados, evitamos frutas y verduras que han estado durante meses en frigoríficos o que han madurado en cámaras.
¡PORQUE OTRA AGRICULTURA Y ALIMENTACIÓN SON POSIBLES!


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